martes, 17 de marzo de 2020

No daremos nada por sentado

No daremos por sentado el cariño.
No daremos por sentado un abrazo, ni un beso, ni una caricia.
No daremos por sentado el aire puro.
No daremos por sentado un paseo bajo las estrellas. 
No daremos por sentada la libertad, ni el bienestar, ni la alegría.
No daremos por sentado que mañana todo seguirá igual.
No daremos por sentado que la vida es eso que sucede mientras apenas nos enteramos.
Porque algo minúsculo ha venido a enseñarnos que cada día cuenta y es único e irrepetible. Que el pasado ya no existe, que el futuro es incierto.  Y el presente es precisamente eso, un presente, un regalo perecedero que se escapa a gran velocidad si no te paras a saborearlo.
Un maldito virus ha tenido que recordarnos que somos afortunados y que debemos valorar lo que tenemos en lugar de andar por ahí quejándonos y lamentándonos porque nunca parece que es suficiente.
El ser humano se ha convertido en un ser beligerante y quejicoso, un eterno insatisfecho que siempre quiere más y pocas veces valora lo que es más que suficiente. 
Y ahora miramos por las ventanas echando de menos lo que nos parecía tan poco y que ahora vemos como verdaderamente valioso. 
La vida es un bien preciado y precioso que deberíamos celebrar cada mañana porque el simple hecho de que amanezca y sigamos aquí es para sentirnos afortunados.
Tal vez necesitábamos hacer una parada para reflexionar y reiniciarnos en una nueva forma de vivir en la que ya no demos nada por sentado. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario